Ventajas:
Mayor rapidez: Las viviendas se construyen en menos tiempo gracias a la fabricación de módulos en entornos controlados.
Menor coste: La industrialización puede reducir los costes de construcción al optimizar procesos y materiales.
Mayor calidad: Los procesos industrializados permiten un mayor control de calidad y una reducción de errores.
Mayor sostenibilidad: La construcción industrializada puede ser más sostenible al reducir el desperdicio de materiales y energía.
A pesar de todas las ventajas, la industrialización de viviendas se ve limitada por la escasez de terrenos urbanizados y disponibles para la construcción. Los expertos consultados coinciden en que, sin suelo, por muy eficiente que sea el método constructivo, no es posible llevar a cabo los proyectos. Financiación: El sistema de financiación actual resulta inadecuado para las promociones industrializadas, ya que los elementos prefabricados no suelen ser elegibles para créditos bancarios.
En resumen, la industrialización de viviendas presenta un gran potencial para transformar el sector de la construcción en España, pero su desarrollo se ve frenado por la falta de suelo disponible. Es necesario abordar este problema para poder aprovechar al máximo las ventajas de esta modalidad constructiva.
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