El crecimiento de la oferta de habitaciones en pisos compartidos. Ventajas y desventajas.

La oferta de habitaciones en pisos compartidos ha aumentado un 34% en el último año en España. El precio medio de las habitaciones se ha reducido un 4,7%, pasando de 368 euros mensuales en agosto de 2022 a 351 euros en agosto de 2023. Hoy en día las ciudades con más oferta de habitaciones son Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Granada, mientras que las más caras son Barcelona, Madrid, San Sebastián, Palma y Bilbao. El perfil de los usuarios que buscan habitaciones es mayoritariamente joven, entre 18 y 34 años, y con preferencia por compartir piso con personas de su misma edad y sexo; y los motivos para compartir piso son principalmente económicos, pero también sociales y culturales.

El aumento de la oferta de habitaciones en pisos compartidos se debe a la subida del precio del alquiler, que hace que muchos inquilinos no puedan asumir un arrendamiento completo y opten por compartir gastos. La escalada del IPC, la tendencia alcista de los tipos de interés y la falta de oferta de viviendas en alquiler, que dificultan el acceso a la vivienda propia y obligan a recurrir al mercado del alquiler. Y el perfil mayoritariamente joven de los usuarios, que buscan emanciparse del nido familiar.

A continuación, os dejamos algunas ventajas y desventajas del alquiler de habitaciones.

Ventajas:

• Compartir los gastos de alquiler, luz, agua, internet, etc., lo que supone un ahorro económico y una mayor facilidad para llegar a fin de mes.

• Conocer gente nueva y tener compañía, lo que puede enriquecer la vida social y cultural, así como ofrecer apoyo emocional y ayuda en caso de necesidad.

• Aprender a convivir con personas diferentes, lo que puede mejorar las habilidades de comunicación, negociación, tolerancia y respeto.

Desventajas:

• Perder privacidad e intimidad, ya que se comparten espacios comunes y se depende de las normas y hábitos de los demás.

• Tener conflictos o problemas con los compañeros de piso, por ejemplo, por el reparto de tareas, el uso del baño, el ruido, las visitas, etc.

• Adaptarse a cambios frecuentes, ya que los compañeros de piso pueden irse o venir sin previo aviso, lo que puede generar inestabilidad e incertidumbre.